CON(FIANZA)
La confianza no viene de estar siempre en lo correcto si no de no temer estar equivocado. Peter T. Mcintyre.
Las personas con confianza, al contrario de lo que se suele pensar, no gritan, no generan nervios, eluden la tensión. Saben, de forma trabajada, que todo puede suceder, que no controlan nada, pero que cuando venga, podrán solucionarlo todo. Y lo que no … pues no.
La confianza es una especie de balsa en la que entiendes cuando es necesario remar y cuando entregarte a la corriente y en la que el resultado no puede ser otro que una paz constante, por saber que estas haciendo, siempre, el 100% de lo que está en tu mano. Tiene confianza, quien abraza las grietas, las sabe ahí y las deja ser, porque confía y sabe que son parte del proceso de mejora.
La confianza no viene de estar siempre en lo correcto si no de no temer estar equivocado. Peter T. Mcintyre. Si todos integráramos esto, tal vez nos permitiríamos más el fallo, la duda o los defectos.
No se puede crear nada nuevo, si el miedo a equivocarnos, nos paraliza.
Sin embargo, por alguna razón, supongo que basada en el miedo que nos infunde, tendemos a admirar, por lo que llamamos “su confianza” al rudo, al duro de pelar que se las da de inquebrantable, que todo lo sabe, no muestra fisuras y triunfa. Quien tiene una respuesta para todo, una opinión sobre cualquier cosa y para ello no necesita de reflexión.
Nos deslumbran tanto esas corazas que las olvidamos escudos, que no tienen otro objetivo que hacer de las defensas su mejor ataque, porque no están dispuestos a fallar. No se puede vivir siempre en guardia, no se puede obviar, esconder y tapar el error. Para tener confianza, tienes que estar dispuesto a que el fallo sea uno de tus posibles resultados.
Dice Terrés que belleza es todo lo que es verdad, entonces ¿Cómo puede buscarse lo bello si hipotecamos verdades en pro de una perfección imposible que acaba por dejarnos ciegos?
Ando cansada de este tipo de actitud que leemos como confianza y que nos ahoga cuando necesitamos navegar nuestros mares de dudas, que trabaja en los silencios, que silencia voces susurrándoles “no muestres debilidad”. Pues mira, resulta que, a corazón abierto, compartiendo cicatrices, verbalizando miedos, se conecta más, se vive mejor, se inunda la vida de calma.
Tal vez nos lo estaban enseñando desde el principio. Si fianza es algo que se entrega como garantía de cumplimiento de una obligación, es fácil entender que “Con(fianza)” es entregar mis miedos, mis grietas y mis partes más vulnerables, ponerlos encima de la mesa, como garantía y prueba de que, me conozco, me entiendo, me gestiono y por ello, puedo recorrer, cualquier camino. Esa es la verdadera confianza en uno mismo y no otra.
Gracias por el ratito.
Creo que con la confianza pasa lo mismo que con la coherencia, de la que hablaba hace unos dias: tiene más sentido cuando la equilibramos con su contrario.
Si somos capaces de abrazar la duda, de no temer no tener razón, estaremos más cerca de esa confianza.
Un texto muy interesante, Claudia. Un saludo.
hola, es la primera vez que te leo y me ha gustado mucho este texto!
yo llevo un corto tiempo llegando a las mismas conclusiones y me entra también como una rebeldía al ver que nos pasamos media vida equivocados, sintiendo que debemos protegernos en vez de ser vulnerables... a estas alturas de la historia...
ojalá calen estas reflexiones en la sociedad y evolucionemos juntos y más felices