Mis ojos
Somos una millonésima parte de una mota de polvo en la línea del tiempo. No somos nada y sin embargo, por alguna suerte de casualidad maravillosa, tenemos la oportunidad de experimentarlo todo.
Escribo esto a bordo de un Boeing 787 a 12.192 pies de altura sobre el atlántico, casi a punto de empezar a sobrevolar tierra de nuevo, después de 7 horas de viaje sobre el mar. Quedan 6 horas más para llegar a un continente nuevo para mi, en el que, sin embargo, nació el 50% de mi familia. Destino: Chile y un ratito de Argentina.
Con el glamour de pandereta que las redes le han dado a viajar, hemos perdido la conciencia de lo que de verdad es, lo que supone. Se hace difícil sentirse explorador, se nos olvida. Mal.
Ahora mismo llevo como 2 horas en que una frase se repite, no en mi cabeza, si no en la boca del estómago: "este continente y tú, lleváis 31 años de historia en común y es la primera vez que vas a pisarlo". Al pensarla automáticamente suenan tambores en mi pecho, me siento pequeñita, me invade el respeto y me inunda la consciencia de que todo lo que voy a ver lleva ahí miles de años antes de que yo llegara y estará muchos miles más, después de que yo me haya ido (Como en 200 años, calculo. No estoy dispuesta a negociar menos. Necesito vivir mucho).
Somos una millonésima parte de una mota de polvo en la línea del tiempo. No somos nada y sin embargo, por alguna suerte de casualidad maravillosa, tenemos la oportunidad de experimentarlo todo. Peleemos por esa oportunidad, no nos dejemos llevar por la corriente de vivirla de forma prefabricada, con los "To do" de otros.
En este viaje habrá desierto, montañas con nieve, glaciares y, si todo encaja, algún buceo con lobos marinos. Vuelven a sonar los tambores.
Quiero vivirlo, empaparme sin concepciones previas y volver con mucho que contar, con mucho que pensar. Por eso, no habrá concepto durante las próximas dos semanas. Porque quiero estar segura de verlo todo con mis ojos y eso requiere de mi atención.
Me urge casi siempre, pero más cuando viajo, mirar con mis ojos, sin ideas preconcebidas que me hayan trasladado otros. Ellos no son yo.
Para asegurarme esa posibilidad, ese espacio, cuando viajo, nunca investigo los nuevos destinos. Más allá de las cosas prácticas, como la temperatura que hará, la moneda, asegurarme de que no hay ningún conflicto armado y un mínimo de la ruta a realizar, para poder confeccionar un presupuesto, el resto me gusta que se descubra como se tenga que descubrir. El plan es que no hay plan, solo recorrer el camino.
La luz ayer en el avión era increíble.
Hace 4 años, me subí a un avión con mi amiga Mar y nos dimos cuenta, estando ya a bordo y rodando por la pista de despegue, de que nuestro destino suponía salir de la Unión Europea. Qué risas, qué recuerdo, qué sensación de soltar el control y sentirse bien. Imborrable, impagable.
Detesto y huyo de los viajes planificados al minuto. No soporto las listas tipo "10 cosas que hacer en" que dan lugar a colas con ordas de turistas y a la desesperación por la foto. Así me sorprendo más, me zambullo y me obligo a tener que gestionar lo que venga. Así mi viaje, mi camino, es mio.
Eso si, ensayo la maleta 3 o 4 veces antes de partir, para asegurarme de que llevo de todo un poco, aunque viajo ligera y siempre llevo botiquín. Si quieres poder improvisar, hay que estar entrenado para poder gestionar imprevistos. Sería de necios pensar que para la aventura de vivir, no hacen falta herramientas.
No prometo al 100% no publicar los próximos dos sábados, porque esta comunidad se ha convertido para mi en proyecto, refugio y bálsamo. Sin embargo, quería preveniros de que, si no ocurre, es que estoy haciendo lo único que es imprescindible e ineludible para poder seguir escribiendo: vivir.
Gracias por el ratito.
Siempre he creído que lo bonito de los viajes son las cosas que pasan sin planificar, sentarte en un bar de pueblo y pasar la tarde conociendo sus raíces, colarte en un centro de danza que querías ver, disfrutar de un ensayo de la próxima obra de la compañía, y terminar de cervezas con ellos…. Muchas cosas de la vida y de los viajes pasa al margen de lo planificado, que no significa que no se necesite esto. Disfruta mucho de tu viaje!! Ya nos cuentas a través de tus conceptos a la vuelta! ☺️
Que vaya bien. Así debería ser siempre la vida, sin ideas preconcebidas ni listas de cosas que hacer o visitar.