El bote de canicas
Imagina que al nacer nos dieran un bote de canicas vacío: “Hola bonito/a bienvenido/a a la vida. Toma tu bote, en cuanto esté lleno, te vuelves para aquí”. Y tras esto naces y empieza el juego.
Poco a poco, pero de forma inmediata, por avatares de la vida irremediables como el paso de tiempo o los procesos de aprendizaje, se van añadiendo canicas a tu bote. No es posible que el bote no se llene en absoluto. Al principio tienes menos control sobre él. Tus padres, tu entorno y las costumbres, tienen más repercusión en las canicas que se suman al tarro que tú. Pero poco a poco, acabas por convertirte en el responsable de cuantas canicas metes.
El funcionamiento del juego es simple: Eres 100% libre de hacer lo que quieras, siempre y plantear tu vida como quieras, sin juicios, solo cinco pautas:
1- Tú eres total y único responsable de las canicas que pones en el bote
2- Nunca se sacan canicas. Vives con las que entran. Siempre.
3- Hay canicas, aleatorias, que multiplican el número de canicas en el bote. Se llaman detonantes y no puedes calcular o prevenir cuando va a aparecer una.
4- Lo que otros digan, no afecta al estado del bote. Nadie, más que tú, juzga o valora si las canicas que metes en tu bote son mejores o peores.
5- Cada noche, te sientas frente al bote.
Cada mañana, nada más levantarte, metes la primera canica en el bote. Esa mola, porque significa que sigues un día más en el juego. La asumimos. Si a lo largo del día comes cosas que, de verdad, te hacen mal: canica al bote. Te pasas currando y sumas horas en el trabajo que le robas a tu tiempo de calidad contigo u otras personas: canica al bote. No hacer deporte ni cuidarse a nivel físico o de salud mental para protegernos un poquito: canica al bote. No controlar tu carácter y dejarte avasallar o avasallar al resto por cualquier trivialidad: canica al bote. Pasar tiempo de más en lugares, redes, situaciones que dijiste que querías evitar: canica al bote. Creo que vas pillando qué clase de cosas suman canicas.
Cada vez que una de estas cosas está a punto de ocurrir y tienes intención de dejarlas suceder, porque es más fácil eso que tomar el control de tu barco y poner límites, una canica empieza a formarse en la palma de tu mano. Antes de que se materialice al 100% y tengas que meterla en el bote, tienes unos 5 segundos en los que puedes, frenar, cambiar las tornas y disolver ese principio de canica que había empezado a formarse en tu mano, evitando que acabe sumándose al resto. Se llaman 5 segundos de consciencia y puedes evitarlos o pararte frente a ellos. Además de éstos, cada noche, tienes la obligación de enfrentar otros 10 segundos de consciencia, sentado frente a tu bote, viendo las canicas que has añadido hoy y su naturaleza, asumiendo su efecto sobre el bote.
De todas las canicas que metes cada día, tienes el riesgo de que alguna de ellas, sea un detonante. En caso de que alguna de ellas lo fuera, a la mañana siguiente encontrarías las canicas de tu bote multiplicadas sin previo aviso. Tendrías menos margen de maniobra, más lastre y peores cartas.
Ahora, piénsalo bien, si en realidad la vida fuese así y tuvieras un recordatorio físico, visual y diario, ante el que tuvieras que sentarte 10 segundos cada día para ver cómo tú solito/a te empujas hacia el límite, por no tener conciencia de cómo juegas tus cartas/canicas ¿Qué canicas son las que meterías?
La pereza y el exceso/falta de productividad, o la falta de consciencia son el problema. Pasar de ellos y subsanarlos con pretextos, añadiendo otra canica al bote, no puede ser la solución. Nos engañamos diciendo que está todo bien, porque, a diferencia de este juego, la única pauta que nos podemos saltar y nos saltamos en la vida real, es la de sentarnos los 10 segundos cada noche frente al bote. El resto de normas, son las de la vida real:
1- Tú eres el único responsable.
2- El tiempo no se recupera.
3- La vida cambia en un segundo. Nadie te va a avisar de cuando va a ocurrir lo malo. Solo puedes ocuparte de hacer una buena gestión de las herramientas de tu caja.
4- Lo que otros digan, no afecta al estado del bote. Solo dejas que te afecten las opiniones de la gente cuando pretendes o no quieres ser 100% responsable del estado de tu bote.
5- No tienes porqué sentarte cada noche frente al bote. Eso no implica que no se siga llenado sin que sepas con qué.
Gracias por el ratito.
Desde el inicio lo había entendido al revés jajajaja ¿cómo sería el bote de canicas métiendo solo aquello que suma en tu vida? ¿Qué canicas has introducido hoy? O ¿has introducido canicas hoy? ¿No? ¿Por qué? Y cuando mires el bote recuerdes esas cosas por las que merece la pena vivir, esas cosas que eres tú
También es otra visión, mucho más positiva. ¡Nos valen ambas! La cuestión es que todos entendamos que es importante prestar atención al bote. Un abrazo y feliz domingo, Rafa.